Filópolis II
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El “amor a la ciudad” (filópolis, θιλόπολιρ) supone en la República de Platón la necesidad de un nuevo comienzo de la argumentación que trata de responder a la pregunta por la justicia, un nuevo comienzo al que precede el temor de establecer lo que supone la relación de la filosofía con la sociedad, cualquier que sea su régimen y, por tanto, en una lectura actual, también con la democracia contemporánea, donde la filosofía no parece necesaria o corre el riesgo de convertirse en mera ideología. La audacia con la que Sócrates propone que “es necesario que los guardianes perfectos sean filósofos” tiene que ver con la dificultad de decir la verdad y con la reacción de la ciudad a la audacia de la filosofía. ¿Es posible retomar en la actualidad la conversación socrática, que en el pasaje decisivo de la República supone la reconciliación con el sofista Trasímaco? El amor a la sabiduría del que la filosofía toma su nombre comprende alguna forma de amor a la ciudad, de reconocimiento del lugar y del momento en que el filósofo se propone investigar las cosas más importantes y lo más importante de todas las cosas en compañía de quienes saben menos y sabrán más.
La segunda serie de Filópolis, correspondiente al curso 2016/2017, comprenderá tres temas:
- Sobre la tiranía
- Sociedad y soledad: Rousseau
- ¿Quién manda en el mundo?
Cada uno de estos temas se abordará en dos sesiones, en las que un ponente inicial presentará el tema y ofrecerá una breve pauta de interpretación, moderando después las respuestas y la discusión, que se prolongará por un espacio no superior a dos horas. De cada lectura se da una traducción apropiada y, en su caso, una lectura complementaria.
1. SOBRE LA TIRANÍA (1a PARTE)
Ponente: Antonio Lastra
Lectura principal: Jenofonte, Hierón, en Obras menores, ed. de O. Guntiñas, Gredos, Madrid, 2006.
Lectura complementaria: Leo Strauss, Sobre la Tiranía, trad. de L. Rodríguez, Encuentro, Madrid, 2006.
Existe una tradición de escritura que compatibiliza, en la medida de lo posible, el elemento poético o político que ella misma conlleva con lo que llamamos filosofía, que es quizá lo único radicalmente opuesto. El máximo exponente de esta forma de escritura son los diálogos platónicos, pero en nuestra tradición occidental podemos encontrar algunas obras que siguen la misma línea compositiva. El Hierón de Jenofonte es una de ellas.
La forma del diálogo es, entre otras cosas, un recurso usado en lo que Leo Strauss denomina «arte de escribir», que responde al fenómeno de la persecución. Podemos entender la persecución como la puesta en marcha de la potencia de la figura de la tiranía cuyo tratamiento clásico, en muchos sentidos, supone una herramienta y un contrapoder mucho más rico que la figura moderna de los micropoderes.
2. SOBRE LA TIRANÍA (2a PARTE)
Ponente: Antonio Lastra
Lectura principal: Jenofonte, Hierón, en Obras menores, ed. de O. Guntiñas, Gredos, Madrid, 2006
Lectura complementaria: Leo Strauss, Sobre la Tiranía, trad. de L. Rodríguez, Encuentro, Madrid, 2006
En el corazón del Hierón de Jenofonte encontramos el término filópolis. Filópolis o “el amor a la ciudad”, representa quizá el extremo absolutamente opuesto a la figura contratiránica por excelencia que es la filosofía. En la obra, Hierón es un tirano que dialoga con Simónides, que es un poeta.
Los poderes del poeta están detrás de cualquier forma de expresión, pero la denominación de Simónides como “sabio” cancela por completo la posibilidad de que sea un filósofo, y lo que parecía a primera vista una reconciliación entre dos elementos opuestos se nos revela el juego entre el mero intelectual o philosophe y el tirano que ha tenido lugar, por ejemplo, con Voltaire cuando se creía que la Ilustración era el fin de la historia por ser la culminación de la conquista de las cosas.
Enlaces:
Sobre la Tiranía (2ª parte) (Sede Ateneo) – Ateneo Mercantil de Valencia (ateneovalencia.es)
Audio del seminario:
3. SOCIEDAD Y SOLEDAD: ROUSSEAU (1a PARTE)
Ponente: José Félix Baselga
Lectura principal: J.J. Rousseau, Las ensoñaciones del paseante solitario, ed. M. Armiño, Alianza, Madrid, 2008.
Lectura complementaria: Heinrich Meier, On the Happines of the Philosophic Life: Reflections on Rousseau Rêveries, The University of Chicago Press, 2016.
Las ensoñaciones del paseante solitario es quizá el registro de un delirio visto desde el punto de vista de la ciudad. Uno de los motivos principales a la hora de los reproches a la figura de Rousseau es la manía persecutoria que se dice que fue desarrollando en la última etapa de su vida. Delirio y persecución suelen ser las figuras mediante las que se relacionan la sociedad y lo que podríamos denominar un alma filosófica. En una obra de uno de los principales autores de la democracia dedicada a la soledad podemos encontrar quizá las claves del problema clásico de la incompatibilidad estructural de la polis con el alma genuinamente humana.
4. SOCIEDAD Y SOLEDAD: ROUSSEAU (2a PARTE)
Ponente: José Félix Baselga
Lectura principal: J.J. Rousseau, Las ensoñaciones del paseante solitario, ed. M. Armiño, Alianza, Madrid, 2008.
La paradoja es quizá la máxima expresión representativa de los asuntos genuinamente humanos. Uno de sus momentos fundacionales, y a la vez cumbre, es el momento en que Sócrates dice a los atenienses que lo que merece por su labor en la ciudad es un sueldo que se cobraría en el pritaneo y está claro desde el principio que la ciudad, aun teniendo razón, lo matará. La escritura filosófica se hace cargo de esa paradoja en la medida en que influye para educar o expresa para crear independencia. A lo que asistimos cuando nos relacionamos con una obra como «Las ensoñaciones del paseante solitario» que se toma en serio cuáles son los términos en los que es mejor que el ser humano asuma y proteja el mito de su soledad, entre otras cosas, por el bien de la ciudad más justa, es quizá a eso mismo.
5. ¿QUIÉN MANDA EN EL MUNDO? (1a PARTE)
Ponente: Esmeralda Balaguer
Lectura principal: José Ortega y Gasset, La rebelión de las masas, ed. de D. Hernández, Tecnos, Madrid, 2003.
La pregunta por quién manda en el mundo es quizá la pregunta pertinente en un mundo en que el poder político puede no tener límite. La noción de “hombre masa” en la obra de Ortega y Gasset representa la figura del individuo cuya constitución cultural obedece al fenómeno de la especialización. Tanto su configuración humana como su capacidad de dar cuenta de las obras fundamentales de la humanidad se desvanece en su incapacidad de responder a las obras de los clásicos. Su paradigma por excelencia es la figura del hombre puramente científico. Debe de haber un mundo en otra parte.
6. ¿QUIÉN MANDA EN EL MUNDO? (2a PARTE)
La posibilidad del diálogo es, desde su constitución platónica, la condición gobernada por una figura cósmica. Al margen de que la conciencia de ello esté desde siempre solamente en manos del filósofo, su vertiente antropológica se puede ver deteriorada por los vaivenes de la historia y de la autonomía de la política.
Teniendo en cuenta que la noción misma de humanidad depende de que demos cuenta de la sacralización que debe acompañar a la figura de ser humano, la desacralización que caracteriza a la modernidad se resuelve en que a la pregunta por quién manda en el mundo le corresponda la respuesta antropológica de que manda quien de hecho puede decidir sobre la vida y la muerte.