El pasado 24 de noviembre se celebró en la sede de Valencia de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo la primera conferencia dentro del Ciclo Homenaje a Stanley Cavell. Mediante una aproximación al cine que tenga en cuenta que la estética puede ser un síntoma del problema fundamental de la modernidad que lleva a no tomarse en serio lo que es una obra, podríamos tratar de hacer algo mejor.

Sucedió una noche de Frank Capra está quizá en las antípodas de l’art pour l’art en la medida en que nos revela la posibilidad de la educación a través del perfeccionismo moral entre un hombre y una mujer que, gracias al diálogo radicalmente sincero de una a otra alma, logran sacarse mutuamente de una crisis radical y mantener, como mínimo, abierta la posibilidad de su salvación.

Antonio Lastra, profesor de filosofía, pronunció en el Ateneo una conferencia con el título «Tres géneros», dentro del ciclo en «Homenaje a Stanley Cavell. Cine y filosofía». En su obra, Stanley Cavell plantea las posibilidades del cine en relación con la vida y el problema de la educación del ser humano. Una de sus hipótesis fundamentales es que el cine clásico de Hollywood recoge de la obra tardía de Shakespeare la figura del romance, que fundamentalmente tiene la forma de una tragedia inicial que se resuelve en un final feliz.

Lejos de la ingenuidad que pueda proyectarse sobre esta forma de ver las cosas, lo que nos encontramos en esta expresión mitológica constituyente es un intento de lidiar con las cuestiones últimas de la existencia a través de géneros del arte popular o democrático por excelencia que podríamos clasificar con Cavell en tres géneros: las comedias de enredo matrimonial, el melodrama de la mujer desconocida y Con la muerte en los talones de Hitchcock, que puede considerarse un género a parte en la medida en que es un intento de medirse con Hamlet, que es quizá una de las cumbres del hecho mismo de la obra llevada hasta los límites de su potencia.

Antonio Lastra, profesor de filosofía, pronunció en la sede de la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo una conferencia con el título «Filosofía y cine: Cavell y Terrence Malick», dentro del ciclo en «Homenaje a Stanley Cavell. Cine y filosofía». Terrence Malick fue estudiante de filosofía y alumno de Stanley Cavell. En cierto sentido, su estudio de la obra de Heidegger se pone de manifiesto tanto en su forma de hacer cine como en su manera de entender qué teología debe haber detrás de la figura misma de obra.

La conquista de las imágenes sin nada que la sustente es tanto una vertiente paradójica de la academia occidental como una obsesión por la causa romántica en cualquiera de sus vertientes. El peligro de la defensa consciente de la estética en una época comprometida es que puede implicar una posición totalitarista en el ámbito político. Quizá el destino más feliz que puede tener la obra de Heidegger sea, como se pone de manifiesto en el documental que acompaña a la versión en DVD de To the Wonder, que la lea Ben Affleck.

Antonio Lastra habló sobre las conexiones entre Eric Rohmer y Shakespeare vistas a través de la mirada de Stanley Cavell. Que una mala adaptación de Shakespeare sirva mejor a la búsqueda de salvación del alma humana que casi cualquier obra compuesta en los últimos siglos indica la potencia de su capacidad civilizatoria en el mejor de los sentidos. Cuento de invierno es una de las obras de madurez de Shakespeare en las que se da cuenta de que «debe haber algo más en el cielo y en la tierra que nuestra filosofía» y de que puede haberlo poéticamente en la medida en que los mitos de la inmortalidad y la resurrección cobren vida y hagan posible un universo humano cómica y genuinamente habitable.